—Tengo miedo... —sus palabras iluminaron la oscuridad en la que él se encontraba. —¿De qué? —De que me vuelvan a hacer daño... —Te prometo que... —No prometas nada, nadie cumple sus promesas. —Entonces, ¿qué quieres que haga? —No me digas que me quieres... demuéstramelo.
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