jueves, 21 de abril de 2011

. Ciertas personas tienen indiscutiblemente una notable capacidad de tener a los demás bien atados con nudos. Hay quienes destacan en hacer nudos y quienes destacan en dejarse enredar. Con frecuencia, ni el que ata ni el atado saben cómo sucede esto o no tienen conciencia de que ya está sucediendo. Impresiona constatar hasta qué punto les resulta difícil a las partes en juego ver lo que pasa. No olvidemos que el hecho de no ver que existe un nudo forma parte del nudo

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